jueves, 5 de mayo de 2016

Datos sobre la obra

DETALLE DE UNA PARTE DE LA SENDA Y CUEVA DE LOS MOROS

La denominada tradicionalmente "Senda de los Moros" es parte de un acueducto romano, que recogía el agua de un manantial situado en el Prado de Tejada, y lo llevaba al Este de la Copeta Sanricuende de Quintanilla del Coco, presumiblemente a una villa romana en las cercanías de lo que hoy es la ermita  de Las Naves.  Actualmente es un despoblado al igual que Robledillo y Parada. No sabemos si hubo un poblamiento rural aparte de la  villa romana.
Por los escasos restos hallados fuera de la roca caliza, este canal llevaría el agua a dicha villa, para consumo humano y siguiendo un recorrido de aproximadamente 2,7 Km, que explicaremos posteriormente, y que puede verse en la imagen.
RUTA DEL ACUEDUCTO ROMANO


La obra hidrahúlica, aprovecha las curvas de nivel zigzagueando por ellas, con objeto de que su realización conlleve el mínimo trabajo posible, lo que quiere decir que no se haría para una ciudad importante en donde se hubiera intentado que el recorrido fuera lo más recto posible, realizando cortes en la roca, muros de elevación o túneles. Parte del manantial del Chorretón, al lado del arroyo del Prado, con una altura de aproximadamente 1037 metros. El desnivel, hasta detrás de la copeta de Quintanilla es mínimo, llegando allí, con una cota de 1032 metros aproximadamente. En este punto, realiza una bajada de unos 20 metros, para coger al sur del citado alto, una nueva  cota  de unos 1009 metros, suficiente para pasar los pocos obstáculos que quedan hasta llegar al poblado o villa romana. Esta diferencia de cotas hace pensar, si la obra se realizó en los dos sentidos o bien, si empezando desde el manantial, se mantuvo un desnivel mínimo previendo un posterior crecimiento del poblado hacia arriba. Entre la cota 1032 y la 1009, pudo incluso instalarse un decantador.

La mayor parte del trazado no está acanalado, sino que es una superficie plana. Por este motivo, el agua circularía por tubería. Esta  pudo ser de plomo o cerámica, aunque de  esta última debieran quedar restos, y estos son casi inexistentes y muy pequeños como para asegurar que son de tubería. Sin embargo, la de plomo, pudo ser expoliada y reutilizada posteriormente en otro lugar. Solo existe una parte, detrás de los riscos, donde la obra realiza una curva de 180 grados, y aquí si hay una acanaladura de entre 30 y 40 centímetros de profundidad y otros tantos de anchura.

En algunos escritos, se ha hablado de una posible presa, que en el caso de agua para consumo humano, no tiene sentido para los romanos, pues  les gustaba coger el agua directamente de buenos manantiales y de calidad,  para no beber agua embalsada verde e insalubre. Es por esto, que solo realizaban  presas para la agricultura y el regadío. Pongamos el ejemplo de Mérida, donde podían haber cogido el agua del Guadiana un poco más arriba de la ciudad, y traerlo a la altura deseada, por su pie. En vez de hacer esto, traían el agua de bebida desde varios kilómetros, cogida directamente del manantial. Lo mismo pasa en otras ciudades romanas. Además, el agua de los arroyos y ríos, se enturbia con la lluvia.

Otra cuestión que llama la atención es el nombre, tanto del camino, como de la Copeta Quintanilla (que en Tejada llamamos de Sanricuende.) Dicho nombre en su conjunto, no significa nada, pero si separamos Ri-Cuende, nos queda: Río del Conde. Conde es la palabra medieval, derivada del Comes- Comitis, que en el Bajo  Imperio Romano eran compañeros del Emperador, y obstentaban un puesto importante. En reconocimiento de los servicios prestados, recibían tierras en señorío, con caracter hereditario, sobre las que ejercían un poder feudal.

¿Por qué se la conoce como Senda de los Moros?
 Una posible explicación es que los Árabes hubieran reutilizado la obra para regadío, en cuyo caso habrían hecho un azud en alguna parte del arroyo al final del Prado, para que el agua cogiera en dicho punto la altura de la senda.

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